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Alfonsina - Eduardo Galeao - Unknown Artist
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"1935, Buenos Aires: Alfonsina"

Eduardo Galeano.


A la mujer que piensa se le secan los ovarios. Nace la mujer para producir leche y lágrimas, no ideas; y no para vivir la vida sino para espiarla desde las ventanas a medio cerrar. Mil veces se lo han explicado y Alfonsina Storni nunca lo creyó. Sus versos más difundidos protestan contra el macho enjaulador.

Cuando hace años llegó a Buenos Aires desde provincias, Alfonsina traía unos viejos zapatos de tacones torcidos y en el vientre un hijo sin padre legal.

En esta ciudad trabajó en lo que hubiera; y robaba formularios del telégrafo para escribir sus tristezas.

Mientas pulía las palabras, verso a verso, noche a noche, cruza los dedos y besaba las barajas que anunciaba viajes y herencias y amores.

El tiempo ha pasado, casi un cuarto de siglo; y nada le regaló la suerte. Pero peleando a brazo partido Alfonsina ha sido capaz de abrirse paso en el masculino mundo. Su cara de ratona traviesa nunca falta en las fotos que congregan a los escritores argentinos más ilustres.

Este año, en el verano, supo que tenía cáncer. Desde entonces escribe poemas que hablan del abrazo de la mar y de la casa que la espera allá en el fondo de la avenida de las madréporas.


 

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RNE - Unknown Artist
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Tú me quieres blanca

Alfonsina Storni

Argentina

Tú me quieres alba, 
me quieres de espumas, 
me quieres de nácar. 
Que sea azucena 
Ssbre todas, casta. 
De perfume tenue. 
Corola cerrada .

Ni un rayo de luna 
filtrado me haya. 
Ni una margarita 
se diga mi hermana. 
Tú me quieres nívea, 
tú me quieres blanca, 
tú me quieres alba. 

Tú que hubiste todas 
las copas a mano, 
de frutos y mieles 
los labios morados. 
Tú que en el banquete 
cubierto de pámpanos 
dejaste las carnes 
festejando a Baco. 
Tú que en los jardines 
negros del Engaño 
vestido de rojo 
corriste al Estrago. 

Tú que el esqueleto 
conservas intacto 
no sé todavía 
por cuáles milagros, 
me pretendes blanca 
(Dios te lo perdone), 
me pretendes casta 
(Dios te lo perdone), 
¡me pretendes alba! 

Huye hacia los bosques, 
vete a la montaña; 
límpiate la boca; 
vive en las cabañas; 
toca con las manos 
la tierra mojada; 
alimenta el cuerpo 
con raíz amarga; 
bebe de las rocas; 
duerme sobre escarcha; 
renueva tejidos 
con salitre y agua:
 
Habla con los pájaros 
y lévate al alba. 
Y cuando las carnes 
te sean tornadas, 
y cuando hayas puesto 
en ellas el alma 
que por las alcobas 
se quedó enredada, 
entonces, buen hombre, 
preténdeme blanca, 
preténdeme nívea, 
preténdeme casta.

Voy a dormir - Unknown Artist
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Dientes de flores, cofia de rocío,
manos de hierbas, tú, nodriza fina,
tenme prestas las sábanas terrosas
y el edredón de musgos escardados.

Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.
Ponme una lámpara a la cabecera;
una constelación; la que te guste;
todas son buenas; bájala un poquito.

Déjame sola: oyes romper los brotes...
te acuna un pie celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases

para que olvides... Gracias. Ah, un encargo:
si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido...

Alfonsia y el mar. Mercedes Sosa

Por la blanda arena que lame el mar
 su pequeña huella no vuelve más 
 y un sendero solo de pena y silencio llegó 
 hasta el agua profunda 
 y un sendero solo de penas puras llegó 
 hasta la espuma 
  
 Sabe Dios que angustia te acompañó 
 qué dolores viejos calló tu voz 
 para recostarte arrullada en el canto 
 de las caracolas marinas 
 la canción que canta en el fondo oscuro del mar 
 la caracola 
  
 Te vas Alfonsina con tu soledad 
 ¿qué poemas nuevos fuiste a buscar? 
 Y una voz antigua de viento y de mar 
 te requiebra el alma 
 y la está llamando 
 y te vas, hacia allá como en sueños, 
 dormida Alfonsina, vestida de mar. 
  
 Cinco sirenitas te llevarán 
 por caminos de algas y de coral 
 y fosforescentes caballos marinos harán 
 una ronda a tu lado. 
  Y los habitantes del agua van a nadar pronto a tu lado. 
  
 Bájame la lámpara un poco más 
 déjame que duerma, nodriza en paz 
 y si llama él no le digas que estoy, 
 dile que Alfonsina no vuelve. 
 y si llama él no le digas nunca que estoy, 
 di que me he ido. 
  
 Te vas Alfonsina con tu soledad 
 ¿qué poemas nuevos fuiste a buscar? 
 Y una voz antigua de viento y de mar 
 te requiebra el alma 
 y la está llamando 
 y te vas, hacia allá como en sueños, 
 dormida Alfonsina, vestida de mar.

YO EN EL FONDO DEL MAR

 

En el fondo del mar 
hay una casa de cristal.

A una avenida 
de madréporas 
da.

Un gran pez de oro, 
a las cinco, 
me viene a saludar.

Me trae 
un rojo ramo 
de flores de coral.

Duermo en una cama 
un poco más azul 
que el mar.

Un pulpo 
me hace guiños 
a través del cristal. 
En el bosque verde 
que me circunda 
—din don... din dan— 
se balancean y cantan 
las sirenas 
de nácar verdemar.

Y sobre mi cabeza 
arden, en el crepúsculo, 
las erizadas puntas del 
mar.

Yo en el fodo del mar - Unknown Artist
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Voy a dormir

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